Crear valor con una gestión integral de riesgos en el sector seguros

Aunque la Gestión Integral de Riesgos (Enterprise Risk Management, en inglés) es un concepto recurrente y conocido para las compañías del sector asegurador, en muchos casos, sigue sin comprenderse ni gestionarse de forma estratégica.

Sin embargo, el actual contexto macroeconómico está contribuyendo a que la gestión de riesgos en la industria aseguradora se convierta cada vez más en una parte esencial de las operaciones y estrategia de las compañías. Aunque existen diversos motivos de la creciente importancia de la gestión de riesgos en la industria, cuatro destacan por encima del resto:

  1. La importante avalancha regulatoria que está viviendo el sector.
  2. Volatilidad en los mercados y un complicado entorno macroeconómico global.
  3. El impacto de todo tipo de tecnologías y la evolución y los cambios en el comportamiento de los clientes.
  4. Un gran número de fuerzas disruptivas en el horizonte.

 

Estas y otras cuestiones se recogen en nuestro último informe “The Case for Enterprise Risk Management in Insurance”, en el que analizamos cómo está evolucionado la gestión integral de riesgos en el sector, así como su creciente importancia a la hora de generar un valor real para las entidades aseguradoras.

El documento afirma que en un contexto de bajos tipos de interés, volatilidad en los mercados y disminución de la rentabilidad, una buena gestión integral de los riegos permitiría a las compañías liberar un valor atrapado significativo. Las aseguradoras, ahora, deberían hacer de la necesidad virtud, superando el mero cumplimiento regulatorio para desarrollar una gestión de riesgos rentable, flexible y con perspectivas de futuro, aprovechando los beneficios de un enfoque integrado.

Una gestión integral de riesgos aporta valor en tres aspectos destacados. Por un lado, otorga mayor fuerza estratégica, es decir, una mayor capacidad de gestionar los riesgos y hacer negocios con la mirada puesta en el futuro. Además, fomenta una nueva visión para la compañía, gracias a las grandes cantidades de datos que tienen que procesar las aseguradoras y a la nueva tecnología que deben implementar. Y, por último, contribuye en la gestión del problema del riesgo operativo (OpRisk), para, así, aumentar la resiliencia y eficiencia.

Pero quizá uno de los mayores riesgos al que se enfrentan las aseguradoras es no implementar adecuadamente una gestión integral de riesgos, lo cual puede ser altamente perjudicial. Lograr el éxito en este campo requiere preparación, integración, cambio cultural y contar con las personas adecuadas (una figura clave es el Director de Riesgos, Chief Risk Officer en inglés, cuya importancia estratégica no deja de aumentar). Con el enfoque correcto, la gestión de riesgos puede ser mucho más que un tema de conversación. Puede cambiar tu negocio.

Para tener éxito en los próximos cinco años, las aseguradoras deben realizar una apuesta estratégica, que pase del mero cumplimiento a una gestión integral de riesgos, de la forma más adecuada para su negocio y bajo la dirección del Director de Riesgos. 

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