Covid-19: Sector automoción

China ha sido el primer país que ha reactivado la producción del sector automoción tras el brote del Covid-19. Y, a pesar de las diferencias culturales, económicas y sociales, la experiencia china puede arrojar luz en el camino a seguir en Europa y Estados Unidos.

Reanudar la producción en todo el mundo

Tras dos años de recesión, la producción y ventas de automóviles cayeron, en febrero del 2020, alrededor de un 80% en China en comparación con el mismo mes del año anterior. Durante el mes posterior, hubo un ligero repunte, en el que la producción y las ventas sólo se redujeron un 45% en comparación con marzo del 2019. Parte de las pérdidas de producción y ventas podrían verse compensadas porque se celebró el Nuevo Año Chino, a finales de enero, en un contexto de confinamiento.

Mientras que muchas plantas detuvieron completamente la producción, los centros chinos de investigación y desarrollo comenzaron a operar en remoto, tras unas vacaciones ligeramente prolongadas por el Nuevo Año. En ciertos casos, estos centros sólo estuvieron sujetos a pequeñas restricciones.

A pesar de la caída registrada en febrero, la recuperación comenzó ese mismo mes, pocos días después del confinamiento. En Wuhan, el epicentro de la Covid-19, se reinició la producción en marzo, con alrededor de 700 -tanto chinos como extranjeros- proveedores de la industria. En cambio, la producción del sector en Europa llegó prácticamente a estancarse por completo durante unas cuatro semanas, en marzo y abril, y la reanudación ha sido sólo gradual desde mitad de abril. Algunas empresas han anunciado retrasos mayores: Toyota en Brasil, por ejemplo, ha anunciado que no reanudará la producción antes de junio.

En China, esperan recuperar, en lo que queda de 2020, las ventas perdidas durante la fase de confinamiento. Concretamente, los fabricantes alemanes se están recuperando de la crisis en China más rápido que otras marcas. En marzo, dos grandes fabricantes alemanes registraron una caída de ventas en China de sólo un 15%, siempre en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Aprender de la recuperación en China

En este contexto, las empresas del sector que retoman su producción y ventas deben hacer lo imposible para no poner en peligro la salud de sus empleados: si un empleado se contagia podría llegar a suponer el cierre de toda la planta. El secreto de la rápida recuperación china es que se han tomado muy en serio todo lo relativo a la prevención. Además de la adecuada provisión de equipos de protección personal (máscaras, termómetros clínicos…), también es importante controlar y hacer seguimiento de los viajes y contactos de los empleados. Las empresas deben poder identificar a empleados en riesgo de infección y aislar a aquellos que puedan haber sido infectados.

Mantener un alto grado de automatización en la producción ayuda a mantener las deseadas distancias de seguridad. Sin embargo, el mantenimiento de las distancias no sólo afecta a los procesos de producción, sino también, por ejemplo, a la disposición de los espacios como la cafetería / comedor de la empresa y/o los self-operated buses, tan utilizados en las plantas de compañías en Asia y Sudamérica. Además, también deben regularse los movimientos dentro de la fábrica, desde la puerta hasta el puesto de trabajo, así como el comportamiento de los empleados en los descansos.

Las autoridades chinas supervisaron in situ las medidas tomadas por las empresas en ese país para reiniciar la producción. Según Sven Ammer, Director General de Böllhoff Asia, la empresa recibió la aprobación sin problemas, ya que un equipo interno de gestión de crisis había considerado en profundidad todos los aspectos a tener en cuenta. Adicionalmente, los datos personales de los empleados que volvían al trabajo debían ser reportados a las autoridades sanitarias. Ammer destaca que “incluso hoy, medimos la fiebre tres veces al día y el estado de riesgo personal de los empleados está disponible mediante una aplicación de seguimiento, que contiene una clara documentación de los resultados”. Las medidas tomadas por Böllhoff han tenido tanto éxito en China, que sus colegas en Europa están siguiendo el modelo implementado en Asia para retomar su producción.  

Asegurar la cadena de suministro

Además de la salud de los empleados, se debe también prestar una especial atención a la cadena de suministro. China está muy conectada a la industria a nivel global. No sólo hablamos de materiales, también de la logística. Aunque muchas plantas de proveedores se ubican cerca de los fabricantes de equipos originales (Original Equipment Manufacturer, OEM), es necesario asegurar el transporte para las distancias cortas. Como no se podrían cruzar fronteras entre ciudades o distritos en China durante el confinamiento, Böllhoff transportó sus mercancías en camión hasta la frontera de la ciudad y las volvió a cargar en otro camión en el otro lado de la frontera. Para las entregas a Europa, EE.UU. y Sudamérica, que normalmente se hacen por mar, muchas empresas han utilizado el transporte aéreo para cumplir con sus compromisos de entrega. A corto plazo, algunos proveedores han ampliado su stock para reaccionar a la creciente demanda de los OEM.

Adaptarse al nuevo entorno

Faurecia, importante proveedor global en el sector de automoción, se ha visto forzado a cambiar su rutina ante el contexto actual y, actualmente, funciona bajo un modelo “no-touch” en el trabajo, en el que sus equipos trabajan en dos turnos, con un intervalo de una hora entre ambos turnos, con el fin de reducir las posibilidades de contagio, según explica Yongwei Jiang, vicepresidente de Faurecia China Operations. Tal política permite cubrir las ausencias a corto plazo con un equipo de soporte, cuando sea necesario. Adicionalmente, durante la fase de confinamiento, Faurecia fue capaz de trasladar a gran velocidad y con éxito su producción de Wuhan a otras instalaciones, reduciendo así los retrasos y las carencias. En el futuro, van a planificar nuevas instalaciones y procesos de producción para conseguir un uso más flexible.

Anticipar el futuro

Aunque es probable que haya una recuperación significativa en China, el sector a nivel global puede necesitar años para alcanzar de nuevo los volúmenes anteriores a la crisis. Pese a que se espera un descenso menor en las ventas en el segundo semestre de 2020, en comparación con el ejercicio anterior, la industria puede sufrir cambios de gran alcance.

Renault, por ejemplo, ha anunciado recientemente que cancela su joint venture  con el fabricante chino Dongfeng. Y otras conocidas empresas del sector podrían seguir los pasos de Renault.

El Covid-19 podría tener un impacto heterogéneo a largo plazo. Durante décadas, la industria se ha centrado en optimizar el capital circulante. Lo que se consideraba óptimo en términos de la simplificación de la financiación y la gestión, ahora se está reanalizando en muchas empresas del sector, en términos de capacidad de producción. Los OEM controlan fuertemente a las cadenas de suministro y aún queda por ver en qué medida los OEM presionarán ahora por conseguir una mayor regionalización de las cadenas de suministro, con el fin de reducir la dependencia de los socios internacionales. Sin embargo, no es posible solucionar así las consecuencias de las crisis globales y los parones de producción a nivel mundial. Algunos OEM, actualmente, están reflexionando sobre sus estrategias de compras: el potencial cambio de un único proveedor por componente a dos o incluso más proveedores para cada componente. Esto haría que los OEM estuvieran mejor preparados en caso de nuevos bloqueos de producción o de escasez de mercancía en un proveedor individual.

La experiencia de la Covid-19 podría abrir nuevas oportunidades para el sector. Es probable que se incremente la opción del desplazamiento con vehículo propio, como consecuencia de unas mayores posibilidades de contagio en el transporte público. O se podría solicitar la introducción de nuevos productos en el vehículo, como funciones antivirus, como parte de su sistema de aire acondicionado, por ejemplo. Además, sería posible que hubiera una ampliación a corto plazo de las ventas online y sin contacto de nuevos vehículos, acercando las marcas tradicionales al enfoque de Tesla.

A pesar de la incertidumbre marcada por el actual contexto, hay motivos para el optimismo, ya que se ha retomado la producción y se cubre la demanda del cliente. Lo que está claro es que, ocurra lo que ocurra en China, el resto del mundo estará observando.